Bogotá, una “Experiencia” espectacular

Por Rafael Lemarroy Mendoza

En esta ocasión tuve la oportunidad de visitar Colombia, que si bien, estrictamente se trataba de un viaje de trabajo, lo disfruté tanto, como un viaje de placer.

¿Alguna vez, han relacionado una canción con algún evento o momento de su vida?, pues esto me ocurrió con la melodía “Experience”, de Ludovico Einaudi, una excelente recomendación para los amantes del piano que, aunque se lanzó en 2015, yo supe de ella, hasta unos días antes de este viaje.

Me identifiqué con ella al escucharla, pues me transmite la sensación de cuando vas en auto, viendo pasar los paisajes de prisa por la ventana; el ritmo y la intensidad van en aumento, cuando de pronto, hace una pausa como si hubieras parado en el camino; el viaje ha terminado y suenan las últimas notas, dejando un sentimiento de nostalgia.

Tocar el piano es una de mis grandes pasiones, por lo que escuché esta melodía una y otra vez durante mi recorrido, ya que mi intención, es aprenderla y tocarla, para posteriormente editarla junto con los videos que tomé y compartirles de manera audiovisual mi experiencia.

Empecemos el recorrido. Salí del aeropuerto de CDMX el lunes 12 de diciembre, a las 5 de la mañana, por lo que, para antes del mediodía, ya estaba en Bogotá con suficiente tiempo para conocer un poco.

Llegué al hotel Wyndham cerca del aeropuerto y para mi suerte, a solo 15 minutos de ahí, está un santuario que se llama Monserrate, un lugar muy concurrido donde locales y turistas, acuden a visitar su iglesia e incluso hay quienes van a hacer deporte con tarifa preferencial.

Bogotá es una ciudad rodeada por montañas, así que, para subir a Monserrate, puede ser mediante un teleférico o el funicular. Una vez arriba, todo es como un gran mirador donde podrás tomar fotos increíbles de la ciudad, el bosque y las montañas.

Lo primero que les recomiendo, es visitar la Basílica Santuario del Señor Caído de Monserrate, saliendo encontrarán varios lugares por conocer, como el mercado de artesanías, un café, un restaurante, así como varios andadores y miradores.

Importante mencionar que, aunque me tocó buen clima, es recomendable traer una chamarra, pues en Bogotá las mañanas y las noches son muy frías. Para bajar, pueden hacerlo igualmente por el teleférico, o si prefieren hacer un poco de ejercicio, también pueden hacerlo caminando.

Al final del día, acordé cenar con mi jefe -que vive en Bogotá- en el Restaurante El Cielo. Para mi sorpresa, en este restaurante solo existe un menú y se llama La Experiencia, como la melodía de Ludovico Enaudi y consiste precisamente en 2 horas de experiencia, durante las cuales te sirven un total de 12 platillos típicos diferentes.

Entre los que más me gustaron, están las arepas de colores, en especial la morada que es de remolacha (betabel), también el prosciutto de remolacha o el tortellini de camarón. De las 12 propuestas, les aseguro que, por lo menos dos, se les quedarán grabadas, pues la manera de servirlas, es toda una experiencia llevada al límite de lo sofisticado.

En el primero, sirven chocolate en tus manos, para que revivas tus recuerdos de cuando alguna vez te embarraste de chocolate, terminas literalmente chupándote los dedos; posteriormente agregan otros polvos de chocolate y azúcar para que repitas la acción, abras apetito y principalmente, para que te tomes la foto y comience el festín.

Una vez llegado el último platillo y para cerrar con broche de oro, te sentirás cautivado por el excelso aroma del café colombiano, que, aunque su sabor por sí solo ya es toda una experiencia de alto nivel, la manera de prepararlo y filtrarlo al momento, hacen de tu mesa un escenario espectacular.

Fue este mi momento favorito de la cena, mientras veía cómo generaban algunos efectos, seguramente con hielo seco o algo similar, crearon una nubosidad sobre la mesa para servir el café en mi taza y a disfrutar.

Si buscan un lugar diferente e incluso tal vez para comprometerse, este sería el lugar ideal.