Por Federica García Ruiz
Hablar de Dublín te hace pensar en sus castillos, iglesias o en la centenaria Trinity College. Después de cumplir tres meses viviendo en la vibrante capital irlandesa, les puedo decir que los parques, las terrazas y el río Liffey, son los grandes protagonistas, de esta nueva normalidad.
Un gran acierto en la ciudad, es la homologación de las normas con una señalética impuesta por el gobierno. Todos los negocios cuentan con la misma imagen que indica distancia reglamentaria, uso de mascarillas y de gel antibacterial, quitando toda duda sobre cómo comportarnos en cada establecimiento.
Irlanda fue uno de los primeros países en tener un segundo cierre de emergencia, por lo que, al llegar a Dublín, es obligatorio hacer cuarentena. Una vez que compras tu vuelo te envían un manual en el que te indican descargar una app que se convierte en tu rastreador, en ésta registrarás tus datos personales, como el domicilio dónde estarás los próximos 15 días. La aplicación cuenta con un GPS e información necesaria sobre el virus, en ella registras tus síntomas diariamente y solo puedes salir a ejercitarte con distanciamiento social y/o por necesidades básicas.
Despejándote en el Phoenix Park
Ya seas un corredor o simplemente quieras tirarte en el pasto, este parque de 712 hectáreas, cuenta con una reserva de venados –Bambi Park- que podrás apreciar a centímetros de distancia e incluso alimentarlos. Disfruta del parque más grande de Europa, caminando entre árboles majestuosos, cascadas, tracks para correr y pistas para bicicleta, sus dos cafeterías y hasta una pista para caballos.
La industria restaurantera
Dublín ha mantenido el cierre de actividades no esenciales y aunque esto ha logrado mantener la pandemia en niveles relativamente bajos, la economía ha sufrido grandes impactos. En respuesta, la mayoría de los restaurantes innovaron en la manera de ofrecer su servicio, aumentando el manejo de redes sociales para mantener cautivo al público y ofrecer sus productos o servicios.
Pensarás que en Irlanda solo se come Fish & Chips, me atrevo a decir que no hay nada más absolutamente falso. He probado todo tipo de platillos, desde comida hindú, hasta el mejor börek del mundo. La variedad de lugares es espectacular a continuación, les comparto mis favoritos, comenzando con Bread 41, una panadería orgánica que se encuentra justo debajo de las vías del tren, a espaldas del Trinity College, su pan artesanal es único.
El Maneki, de cocina japonesa, podrás seleccionar hasta 5 platillos del menú, son porciones pequeñas, lo que te permite degustar un poco de todo. El Duck, como su nombre lo dice, su especialidad es el pato, no dejes de probar los Spring Rolls. El gran descubrimiento para mí fue el Xian Street Food, una auténtica recreación de sabores de la comida china tradicional, las filas son interminables; pero si lo que buscas es cocina fusión, Juanitos ofrece una mezcla de comida mexicana, oriental y americana, a la que llaman ‘LA Style’, les recomiendo lo tacos al pastor con menta y un bowl de arroz y frijoles con brisket.
En Toons Bridge, vivirás un pedacito de Italia en el centro de Dublín con su gran variedad de carnes frías, aceitunas de todos colores y tamaños, deliciosos postres, burrata fresca y focaccia recién salida del horno. Los Pubs son los negocios más afectados por la pandemia y aunque son pocos los que dan servicio, no puedes irte de Dublín, sin haber tomado una cerveza Guinness; Cassidy’s te encantará, es un ícono en la capital, basado en la célebre comedia romántica, Some like it hot, te sorprenderá su amplia variedad de bebidas calientes, lo mejor es el Irish Coffee y su versión de vino caliente.
Y para cerrar con broche de oro, no podemos olvidar la parte que endulza nuestras vidas; Murphys, una heladería artesanal 100 por ciento irlandesa, mi favorito, es el Dingle Sea Salt, disfrútalo mientras recorres el Grand Canal Dock, ubicado en la parte nueva de la capital, que hospeda a empresas como Google, Facebook, Twitter, Airbnb, y el lujoso teatro Bord Gays Energy. No sabemos si el día de mañana podremos seguir viajando como lo hacíamos antes, pero adaptarnos a esta nueva realidad está en nosotros.
Federica García
IG – federicagaru
Tw- @fedegaru
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