Por Regina Álvarez Ascencio.

Boston es la ciudad americana con mayor influencia europea, cuna de la independencia de Estados Unidos y una de las ciudades con más avance en este país, en ella se encuentran dos de las universidades más prestigiosas del mundo, Harvard y el MIT. En esta edición les traemos un recorrido por esta hermosa ciudad, destino que elegí para pasar mis vacaciones de fin de año.  

Nuestro punto de partida inició en el Boston Common Park y al Public Garden; ambos, parques increíbles llenos de árboles, ardillas y gente paseando a sus perros mientras disfrutaban del parque y el aire libre. La bienvenida fue espectacular, la combinación de sus colores otoñales y la tranquilidad al recorrerlos, me hizo sentir en un mini “Central Park”. 

De ahí partimos a Charles St., una calle pintoresca llena de restaurantes, cafeterías, y tiendas locales, donde me topé con una señora a la que pedí recomendaciones de restaurantes locales para cenar, pues no quería guiarme solo por las reseñas de internet. Terminamos en “Toscano’s” un lugar de comida italiana, que resultó ser suyo; la comida estuvo excelente y el ambiente del restaurante muy acogedor. Pedimos risotto funghi, gnocchi quattro fromaggi, y ensalada de rucola y pomodoro con vinagre balsámico, el servicio fue relativamente rápido.  

Al día siguiente para desayunar un familiar nos recomendó “Tate Bakery”, una panadería deliciosa, ahí ordenamos pan au chocolat, su textura era tan increíble, que se deshacía en la boca, nos gustó tanto que decidimos desayunar ahí todos los días. De ahí nos fuimos al barrio de Back Bay, una zona comercial y de vistas espectaculares, ya que al final se encuentra el río Charles.  

Durante el trayecto les recomiendo caminar por las calles Newbury, Boylston, y Beacon St., aquí encontramos un restaurante asiático llamado “Typhoon Asian Bistro”, sin duda, fue uno de mis lugares favoritos; la comida estaba riquísima, el ambiente precioso y el servicio estuvo fenomenal. 

Otro lugar que no puedes dejar de visitar es el “Faneuil Hall Marketplace”, un centro comercial compuesto por 3 edificios de mercado históricos: North Market, Quincy Market y South Market. Mucho que ver y comprar, además de una gran variedad de restaurantes para comer y un agradable ambiente con música en vivo. 

Luego de un largo y divertido día en esta zona, fuimos a cenar al restaurante “Antico Forno”, catalogado como el restaurante italiano más auténtico de Boston; ofrece un acogedor ambiente familiar con cocina tradicional de clase mundial. Los platos de pasta como el Linguini con Vongole, se remontan al viejo país, sin embargo, les recomiendo sus pizzas artesanales, llenas de salsas italianas y mozzarella.           

Al cruzar el “Charles River” llegas a Cambridge, donde se encuentran Harvard y MIT, dos de las universidades más prestigiosas del mundo, que no puedes dejar de conocer. Cuando acordamos, ya era la hora de comer, optamos por un restaurante mexicano llamado “Felipe’s Taqueria”, aquí nuestro platillo recomendado son las quesadillas.  

El último día lo pasamos en el Harbour. Nos levantamos temprano, fuimos a desayunar a Tate Bakery (como siempre), y nos dirigimos a la parte norte de Boston. Recorrimos todo el norte de Boston por la costa de la ciudad. Este paseo es tan largo como tú lo quieras hacer, ya que rodea la ciudad.   

Mientras caminas puedes ver parte del Freedom Trail Walk, que te lleva a los sitios más emblemáticos de la ciudad. Cansadas de caminar, fuimos a comer a Provisions, (Long Wharf) y aunque había mucha gente, el servicio fue rápido y la comida riquísima. 

Al terminar, abordamos el barco que te lleva a las islas de Boston. Es una ruta muy sencilla, pero merece la pena, pues podrán ver las islas desde muy cerca. Hay dos horarios para ese barco: uno a las 12 horas del día y otro a las 14 horas. Para cenar, reservamos en Legal Sea Foods, la comida estuvo mucho mejor de lo que esperábamos. Su especialidad es el Lobster Mac n’ Cheese, así que lo pedimos, junto con calamari y fish and chips. Nos encantó el lugar. 

Definitivamente Boston nos cautivó y nos sorprendió mucho. ¿Alguna vez te has preguntado cómo sería Nueva York sin su distrito financiero, ni sus caóticas calles? Sería Boston.  

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