Por Howard Granados / Sommelier
Lo primero que debemos saber al degustar un vino, es la diferencia entre beber y catar. Beber lo defino como, “disfrutar de forma placentera un vino, emitiendo una opinión sobre si nos gustó o no”; mientras que en el catar, “hablamos de captar a través de los sentidos”. Es decir, un análisis mediante la vista, el olfato y el gusto, que nos permita conocer las múltiples características del vino. Al iniciarnos como catadores de vino, la calidad siempre será objetiva, según el terroir (terruño donde crece el vino) y los procesos de elaboración; así como el gusto por el vino siempre será subjetivo, ya que depende de la experiencia y la educación de cada paladar.
A continuación, les comparto el protocolo a seguir durante una cata.
- Fasevisual. Se compone de 3 factores. Limpidez, hace referencia a la claridad que pueda tener el vino, que sea limpio, brillante y sin sedimentos; indica el proceso de elaboración y la edad del vino. Capa, define la intensidad de color que tienen los vinos tintos, para identificar la variedad de uva y su región de procedencia. Densidad, es la adherencia del vino en copa, al momento de girar el vino por las paredes cristalinas, observamos la rapidez con la que regresa al fondo. Poca adherencia nos habla de vinos ligeros, y mucha adherencia refiere a vinos con cuerpo.
- Fase Olfativa.Aquí es posible identificar si el vino presenta o no algún defecto mediante los aromas que este arroja; estos pueden ser acorchados, de acidez volátil y sulfurosos con notas de humedad, cartón, o piel de animal mojado, a vinagre y huevo podrido, todas ellas, alerta un vino con defecto. Cuando el vino es sano, percibimos su intensidad y carácter aromático, dependiendo de la familia y variedad de uva a la que pertenecen. Los primarios, denotan aroma a fruta fresca y flores. Mientras que los secundarios, revelan notas de mantequilla, pan tostado, yogurt y queso. Los terciarios, expresan aroma a tabaco, humo, madera, chocolate y vainilla.
- Fase Gustativa.Una vez que el vino toca la lengua, detectamos si su sabor es ácido, amargo o dulce, así como el nivel de alcohol. Mientras más saliva generemos al beberlo, más ácido será el vino. En cuanto a la astringencia, depende de la cantidad de tanino que encontramos en las partes verdes de la uva. Los vinos blancos son menos tánicos. Respecto al dulzor, en vinos blancos, rosados, espumosos y fortificados, es más fácil detectarlo debido a su naturaleza. El nivel de alcohol es esa sensación de calidez en garganta al momento de ingerirlo y lo expresaremos como ligero, cálido o ardiente. Ahora ya puedes abrir tu botella de vino. ¡Salud y hasta la próxima!
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