Por: Leonor Tornero Rueda.
En esta ocasión compartimos la historia de Antonio Vega Ramírez, un joven orgullosamente salmantino, quien pone en alto el nombre de México, desempeñándose como desarrollador de sistemas en la empresa Mazda Motor Corporation, de Hiroshima.
Todo comenzó en la División de Ingenierías, de la Universidad de Guanajuato, de donde es egresado como Ingeniero en Telecomunicaciones y electrónica, tras ser promovido por un maestro para aplicar en un programa de intercambio, que le permitió estudiar su maestría en Sistemas Cibernéticos, en aquella ciudad nipona.
Toño vivió parte de su infancia en Madrid, España, dicha experiencia sirvió para que, en su etapa universitaria tuviera la inquietud de desarrollar su carrera con un enfoque más global y fue así que en 2018, ingresó a la compañía de automóviles japonesa, tras un exhaustivo proceso de reclutamiento, donde compitió como mexicano, el lugar de un japonés.
A sus 29 años de edad, ha logrado cumplir su meta profesional, sin embargo, no todo ha sido tan sencillo, pues a su llegada no dominaba el idioma y descubrió que era un mito el que los japoneses hablaban inglés. Vega Ramírez es el primer mexicano que trabaja para Mazda Motor Corporation, dedica ente 10 y 12 horas diarias al trabajo y en sus ratos libres disfruta de su afición por la fotografía.
“En la cultura japonesa es muy común que, si estás en un lugar y ya no estás aprendiendo algo nuevo, te tienes que mover de ahí; existe una competencia sana donde todos quieren ser el mejor”, comentó.
Dentro de las buenas prácticas de la cultura organizacional japonesa, Antonio Vega destacó la disciplina como pieza clave para todo, el respeto a los tiempos de entrega, la planeación y organización previa a un proyecto, enfocarse siempre a la solución y no al problema, así como seguir las reglas, aunque no estén escritas.
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