Por Valery Perezequera 

 

Originario de la CDMX, Jorge Antonio Amor Dodero llegó a Salamanca en 1954, proveniente de la refinería de Azcapotzalco, encargado de la jefatura de Inspección y Seguridad; una responsabilidad que duró 10 años, destacando la creación de dicho departamento a nivel nacional con una trayectoria libre de accidentes. 

“Cuando llegué había un carrito de bomberos, durante muchos años corrimos el riesgo de salir y dejar la refinería para apagar incendios, atendíamos los problemas de la refinería y de los pueblos de alrededor, el departamento de contraincendios pertenecía a la Jefatura de Inspección y Seguridad”, recordó. 

Con 97 años de edad y una lucidez admirable, el ingeniero Jorge Amor nos compartió las memorias más entrañables, de su llegada a Salamanca junto a su esposa Margarita Ruiz Vega (F) con quien procreó ocho hijos, Beatriz Eugenia, Leticia, Eduardo (F), Irene (F), Lupita, Jorge, Margarita y Pablo: “Una de las razones de aceptar venir a Salamanca fue la perspectiva de tener una vida familiar más constante; encontré un ambiente extraordinariamente bonito, estaba de superintendente un hombre muy inteligente, Don José Muro Lozano, teníamos el club para practicar todo tipo de deportes”, comentó.  

Para el ingeniero Amor haber sido parte de Petróleos Mexicanos es un orgullo, pues representa los ideales de alguien que para él fue muy querido, su tío Antonio Manuel Amor Rico, a quien debemos el acrónimo con el que se le reconoce a la refinería de esta ciudad, RIAMA: “Yo me sentía petrolero por él, era mi padrino, me quería mucho y todas mis vacaciones las pasaba siempre con él, en Tampico; era mi ídolo, era el segundo a bordo de todo Petróleos Mexicanos, era el Subdirector de Producción Industrial”. 

Y aunque muchos podrían pensar que su ingreso a PEMEX derivó de esa relación, el ingeniero Amor aclaró que él entro por sus propios méritos en 1947, como Químico Auxiliar, al laboratorio de Azcapotzalco; ahí trabajó cinco años de turno, hasta que se consolidó el departamento de Inspección y Seguridad.  

Un personaje que no sólo es reconocido como pieza clave en la creación de un departamento a nivel nacional dentro de Petróleos Mexicanos, si no también por su atinada participación social dentro y fuera del ambiente petrolero, pues hay que recordar que cuando la refinería llegó a Salamanca, hubo un tremendo choque entre los salmantinos oriundos y los petroleros, otro reto que el ingeniero Amor afrontó con gran éxito. 

“En 1950 estaba terminándose la primera parte de la refinería, el club era nuestro centro de referencia, todos los sábados teníamos eventos especiales y asistían todos los socios. El pueblo era muy chiquitito y la relación entre los trabajadores de petróleos y la gente prominente de Salamanca, no era muy buena, eran grandes agricultores con grandes propiedades; influyó mucho la llegada del padre Rafael Campuzano al templo de San Antonio de Padua y el Movimiento Familiar Cristiano”, recordó.  

Esta gran amistad despertó en él su interés por cultivar su vida espiritual, convirtiéndose en el líder de la agrupación en Salamanca y poco después en presidente del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC), a nivel nacional y también de Latinoamérica; dentro de este periodo, descubrió su devoción por la Virgen de Guadalupe y escribió un libro, que se tradujo en innumerables conferencias en México y Sudamérica. Es importante mencionar que el esquema actual del MCC se basa en dos libros que el ingeniero Amor publicó.  

El entrevistado recordó esta época como un periodo intenso y de grandes satisfacciones, entre ellas ver el crecimiento y desarrollo de Salamanca, una ciudad que lo cobijó desde su llegada, argumentando que la oferta de servicios era limitada, por lo que muchos petroleros se iban a Irapuato; una razón que lo motivó junto a otros compañeros, a fundar el Colegio RIAMA, pues en Salamanca sólo estaba el Colegio Josefa Ortiz de Domínguez.  

Al terminar su gestión en la Jefatura de Inspección y Seguridad, Amor Dodero fue Coordinador de Operaciones de RIAMA, hasta 1967; gracias a su brillante desempeño profesional, durante esta etapa suplió a los superintendentes de las refinerías de Azcapotzalco, Minatitlán y Salamanca, retirándose luego de 32 años de servicio, en 1979.  

Jorge Antonio Amor Dodero, concluyó la entrevista, compartiéndonos su filosofía de vida: “Ser honrados en la manera de vivir, ser entusiastas en todo lo que hagamos y hacer las cosas porque queremos, no por porque tengamos qué”. 

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