Por Daniela Orozco / Ingeniera Ambiental

Comparto estas letras a título personal primero como mexicana y salmantina de corazón y segundo como ambientalista de convicción desde mi primera infancia y por consecuencia de profesión. Con la única intención de poder sembrar alternativas de opinión en un panorama saturado de desinformación y puntuación en notas periodísticas con expresos afanes políticos.

Cada día, desde que cualquier mortal humano abre sus ojos y se levanta de la cama, ya sea para lavarse los dientes, comer algo o simplemente vestirse involucra impactos ambientales o dicho en otras palabras sus acciones representan un daño a los distintos recursos naturales del planeta, agua, aire, flora, fauna, suelo e incluso al mismo ser humano, generando un impacto ambiental. Pues sí, aunque te suene raro, los humanos somos simplemente un recurso natural más con la pequeña ventaja de tener un cerebro en proporción más grande, que “razona” y no los dueños de este mundo como pareciera.

Es importante decir, que ese impacto ambiental no sólo se mide al momento puntual de la acción, sino antes y después. ¿Cómo es esto? Vamos a poner un ejemplo simple como lo es comer un sándwich. Te preguntarás, ¿qué impacto ambiental puedo provocar comer un sándwich? La cantidad de recursos y contaminación que se deriva de tan solo fabricar el pan con marca del oso más famoso de México, genera una gran huella ecológica, determinada por factores como la cantidad de agua que se usa en el proceso de fabricación.

Y qué pasará después que tu estómago haya hecho la digestión, también impactarás el agua usada en el sanitario. Este simple ejemplo, lo uso para dimensionar un poco cuando se habla del impacto ambiental que está teniendo en la actualidad la construcción del Tren Maya. Es claro que cualquier obra de infraestructura tendrá un impacto ambiental de dimensiones superiores al ejemplo anterior, pero es importante contemplar lo que ocurre en el antes y después de la construcción de cualquier proyecto.

También, es innegable decir que la construcción de la vía férrea de un tren con extensión de 1,500 kilómetros tendrá un impacto ambiental pequeño. Por supuesto que existe la tala de árboles y la pérdida inevitable de distintas especies endémicas, pero también es importante mencionar que, en cualquier obra, las empresas constructoras están obligadas por ley a llevar a cabo acciones de mitigación durante y posterior a la finalización de cada proyecto.

Ahora bien, no sólo pensando en la etapa de construcción sino pensando en un mayor espectro y en la información que poco destacan la mayoría de los medios de comunicación y artistas que señalan y piden detener el proyecto, es analizar los impactos ambientales positivos que traerá el tener un medio de transporte de bajo impacto ambiental durante su operación, que conectará las principales regiones de la península de Yucatán y gran parte de las zonas más pobres y olvidadas en este país por años y años de desarrollo.

Ante el ruido mediático alrededor del Tren Maya y en tiempos de contar con un mandatario con ideas y propuestas diferentes, considero interesante revisar las concesiones otorgadas a empresas extranjeras y a políticos desde principios de los 70´s, incluso hasta hace un par de años, de muchos kilómetros de zonas naturales consideradas áreas naturales protegidas y/o reservas de la biósfera para fines de construcción y como resultado el área conformada por la zona hotelera y turística de la Riviera Maya.

Si midiéramos el impacto ambiental del antes, durante y después de la construcción que hay alrededor de dichas concesiones y todos los complejos turísticos que conforman esta zona, podría aseverar que el resultado de esa medición en sentido negativo es mucho más grotesco que un tren que brindará oportunidades a las personas más desfavorecidas del sur.

Un tren que ofrecerá alternativas de turismo mucho más sustentable que todos esos lujosos hoteles con servicio “all inclusive” que desperdician toneladas de comida, que consumen millones de litros de agua, que generan toneladas de basura cada día y que arrojan millones de litros a agua residual al Mar Caribe, en consecuencia, actualmente plagado de sargazo.

¿Qué conceptos te vienen a la mente de manera inmediata cuando escuchas la palabra desarrollo? Tecnología, dinero, centros comerciales, comodidad, visitar el espacio, etc. Cuando de manera alternativa, podríamos pensar en un desarrollo amable entre los recursos naturales que habitan en el Planeta Tierra. En el cual, sí hay cabida para proyectos que acerquen herramientas a las personas desfavorecidas en cuestiones de oportunidad económica con acogimiento de programas educativos, protección de flora y fauna, así como de promoción de nuestra rica cultura mexicana, ampliando la posibilidad de ingresar divisas del extranjero a través del turismo, pero sin que extranjeros que sean los dueños de los recursos, sino de nuestro país y por ende, de quien los trabaja.

Aprovecho para mencionar otras acciones y ejes de sustentabilidad del gobierno actual, con poca visibilidad en los medios y de relevancia igual o superior en términos de impacto ambiental positivo, como lo son las cero concesiones a empresas mineras, cero prácticas de fracking (proceso con altos niveles de concentración química tóxica e impacto ambiental sin precedentes) para la extracción de aguas subterráneas, cero importaciones de maíz transgénico, entre otras.

Los invito a informarnos de manera profunda y analítica sobre diversos temas de interés ambiental en lugar de engancharnos con uno en particular y escuchar opiniones divididas para experimentar un criterio propio, pero mejor fundamentado.

El mayor impacto ambiental en términos de afectación que puede existir es la barrera abismal de la acumulación de riqueza en pocas esferas y la pobreza sin precedentes. Si no nos cuidamos como humanidad, la naturaleza no perdona a quienes buscan el interés individual. Si en algún momento desaparecemos de la faz de la Tierra, será por nuestras propias acciones y la Selva Maya en un par de años será la misma de siempre.

Me robo una de las frases del actual mandatario de los Estados Unidos Mexicanos “Todos podemos juzgar al gobierno en turno, pero faltará que todos como pueblo seamos juzgados por la historia” y puedo agregar por la naturaleza.

 

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